Hoy toca hablar de una de las efemérides más señaladas de la historia patria. Como sin duda ustedes sabrán, Numancia, además del nombre de un equipo de fútbol, fue una ciudad celtíbera que resistió “numantinamente” el casi incesante ataque de las imperialistas legiones romanas durante la friolera de 20 años hasta que, derrotada al fin, teniendo sus habitantes que elegir entre rendirse o morir, la mayoría prefirieron suicidarse a verse convertidos en esclavos de Roma.
Para que se vayan situando ustedes geográficamente, les diré que las ruinas de Numancia se encuentran situadas a pocos kilómetros de Soria, junto a Garray, en plena meseta castellana. Diré también que Numancia fue la ciudad más importante de la tribu celtíbera de los arévacos, que tuvieron el feo detalle de arrebatársela a los pelendones, sus primeros propietarios. Como es posible que alguno de ustedes haya olvidado nuestros gloriosos orígenes prerromanos, les recordaré que conocemos por celtíberos a una serie de pueblos que habitaron en la meseta norte tirando hacia levante. Cinco son las tribus celtíberas, a saber: belos, titos, lusones, arévacos y pelendones, agrupados todos en una especie de confederación política, gracias a esto lograban dejar de hacerse la guerra entre sí para hacérsela a terceros. Ahora bien, si en un principio Numancia no era más que otra de las varias ciudades celtíberas, al ser la más importante de las urbes del más importante de estos pueblos, y también una de las pocas que no se rendía ni a tiros, se convirtió en un icono, en el hito principal que los romanos tenían que superar para pacificar la zona.
A todo esto, es posible que ustedes se pregunten por qué los romanos y los celtíberos andaban enredados en guerras, cuando de Roma a Soria hay una tirada larga, así que haré una breve introducción histórica.
Los romanos llegaron a Hispania aprovechando el río revuelto de la Segunda Guerra Púnica con el alevoso propósito de echar de aquí a los cartagineses. Ya saben ustedes cómo fue más o menos la cosa: una victoria aquí, una derrota allá, ahora te engaño y te ocupo Cartagena sin que te enteres. Al final los romanos lograron hacerle tan bien la cama a los cartagineses que estos se volvieron a casa deprisa y corriendo. Y entonces los romanos descubrieron que Spain era different, y sobre todo rentabling, y decidieron quedarse aquí a culturizar y saquear a partes más o menos iguales. Ahora bien, para justificar sus intentos integradores -amasando unos durillos en el proceso- los pretores romanos establecidos en Hispania aprovechaban el año que duraba su magistratura incordiando a las tribus que aún no estaban sometidas.
Esto significaba que romanos y celtíberos comenzaron a robarse la cartera los unos a los otros con singular entusiasmo hasta que se firmó un tratado formal con las tribus celtíberas por el que estas se comprometían, entre otras cosas, a pagar anualmente un tributo a Roma, proporcionar mercenarios y a no levantar nuevas ciudades. Y es debido a esta última cláusula por lo que se lió la pájara.
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