martes, 24 de mayo de 2011

Tira Cómica sobre Numancia



Numancia puso jaque a Roma- Artículo

Numancia, a día de hoy, sigue siendo el eterno monumento a la libertad, la independencia y la resistencia. A siete kilómetros de la actual Soria y como si de la villa de Astérix y Obélix se tratara, un grupo de celtíberos, unos de los primeros pobladores de la zona, aguantaron el asedio romano durante años y sólo cuando Roma envió a 15 militares por cada habitante de la aldea soriana, decidieron acabar con sus vidas antes de perder la libertad.
De aquella historia, además de las numerosas frases hechas relativas a la heroicidad del pueblo soriano, hoy sólo quedan sus ruinas, que permiten al visitante conocer más y mejor cómo fue el asedio y cómo fue la defensa de los lugareños ante el invasor. Los últimos moradores de la zona, aquellos que renunciaron su vida antes de poner precio a su libertad, se marcharon hacia el año 133 a.C si bien en la zona de Garray, en la que se encuentran las ruinas, hay indicios de vida humana que se remontan a dos mil años antes de nuestra era. Pero tanto Numancia como Soria le deben la gloria a los arévacos, la tribu celtibérica que puso jaque a roma. Ellos fueron los que dejaron una ciudad ordenada entorno a las calles paralelas cortadas a su vez por otras once vías perpendiculares, una disposición perfecta que refleja el orden de aquellos habitantes y que aun se puede contemplar ene la visita a las ruinas. Y es que los romanos, una vez que Numancia fue suya, reconstruyeron buena parte de la ciudad manteniendo el trazado original, pero con vías más anchas, con aceras y pavimentadas que aún hoy se pueden contemplar.




Las visitas a las ruinas de Numancia comprenden once estaciones en las que el visitante, después de ver un video y un CD-Rom que sirve para entender muchos conceptos, contemplara en poco tiempo las décadas de resistencia y la reconstrucción de la ciudad. Arrancando en cómo se gestó la defensa de la villa, y pasando por cómo era la vida de los moradores celtibéricos de Numancia (para lo que se han reconstruido dos viviendas típicas, además de un tramo de muralla), el turista será capaz de descifrar todas las claves de la defensa y se dará cuenta de que los arévacos no dejaron nada para la improvisación: todo lo construido, lo proyectado o lo pensado tenia su porqué. Los actuales vestigios son, sobre todo, de la reconstrucción posterior a que las legiones romanas arrasaran la ciudad. Así tras los primeros pasos entre las ruinas celtibéricas el esplendor de roma saltara a los ojos del visitante en el barrio sur, la zona "noble" de Numancia y en la que las columnas y los patios fueron, y siguen siendo, los grandes protagonistas. Un paseo por una de las historias más hermosas del Imperio Romano y que, además de Numancia, nos conducirá a los yacimientos de Tiermes y Uxama, dos de los aliados de Numancia en los peores momentos.

¡Spain era different, y sobre todo rentabling!- Editorial

Hoy toca hablar de una de las efemérides más señaladas de la historia patria. Como sin duda ustedes sabrán, Numancia, además del nombre de un equipo de fútbol, fue una ciudad celtíbera que resistió “numantinamente” el casi incesante ataque de las imperialistas legiones romanas durante la friolera de 20 años hasta que, derrotada al fin, teniendo sus habitantes que elegir entre rendirse o morir, la mayoría prefirieron suicidarse a verse convertidos en esclavos de Roma.

Para que se vayan situando ustedes geográficamente, les diré que las ruinas de Numancia se encuentran situadas a pocos kilómetros de Soria, junto a Garray, en plena meseta castellana. Diré también que Numancia fue la ciudad más importante de la tribu celtíbera de los arévacos, que tuvieron el feo detalle de arrebatársela a los pelendones, sus primeros propietarios. Como es posible que alguno de ustedes haya olvidado nuestros gloriosos orígenes prerromanos, les recordaré que conocemos por celtíberos a una serie de pueblos que habitaron en la meseta norte tirando hacia levante. Cinco son las tribus celtíberas, a saber: belos, titos, lusones, arévacos y pelendones, agrupados todos en una especie de confederación política, gracias a esto lograban dejar de hacerse la guerra entre sí para hacérsela a terceros. Ahora bien, si en un principio Numancia no era más que otra de las varias ciudades celtíberas, al ser la más importante de las urbes del más importante de estos pueblos, y también una de las pocas que no se rendía ni a tiros, se convirtió en un icono, en el hito principal que los romanos tenían que superar para pacificar la zona.


 
A todo esto, es posible que ustedes se pregunten por qué los romanos y los celtíberos andaban enredados en guerras, cuando de Roma a Soria hay una tirada larga, así que haré una breve introducción histórica.

Los romanos llegaron a Hispania aprovechando el río revuelto de la Segunda Guerra Púnica con el alevoso propósito de echar de aquí a los cartagineses. Ya saben ustedes cómo fue más o menos la cosa: una victoria aquí, una derrota allá, ahora te engaño y te ocupo Cartagena sin que te enteres. Al final los romanos lograron hacerle tan bien la cama a los cartagineses que estos se volvieron a casa deprisa y corriendo. Y entonces los romanos descubrieron que Spain era different, y sobre todo rentabling, y decidieron quedarse aquí a culturizar y saquear a partes más o menos iguales. Ahora bien, para justificar sus intentos integradores -amasando unos durillos en el proceso- los pretores romanos establecidos en Hispania aprovechaban el año que duraba su magistratura incordiando a las tribus que aún no estaban sometidas.

Esto significaba que romanos y celtíberos comenzaron a robarse la cartera los unos a los otros con singular entusiasmo hasta que se firmó un tratado formal con las tribus celtíberas por el que estas se comprometían, entre otras cosas, a pagar anualmente un tributo a Roma, proporcionar mercenarios y a no levantar nuevas ciudades. Y es debido a esta última cláusula por lo que se lió la pájara.

Mitología Numantina - Reportaje

La ausencia de datos escritos por los propios numantinos, sobre su religiosidad, hace que para intentar conocer este tema, tengamos que acudir, por un lado, a los escasos textos indígenas, de los celtiberos vecinos, o a los comentarios romanos contemporáneos.

También tendremos que basarnos en textos celtas o versiones romanas sobre estos pueblos (como los escritos de César sobre los galos) pero el uso de estas fuentes presenta dificultades: primera, la iconografía que vemos por nuestros ojos actuales es absolutamente subjetiva, nuestra cultura actual es completamente extraña a la mentalidad de un celtibero de hace mas de dos mil años y además numantino. La segunda es que los datos celtibéricos coetáneos son pocos y muy a menudo romanizados y los escritos romanos son parciales. Lo que leemos es una versión políticamente revisada de los vencedores que inventan todo lo que quieren para justificarse ante la historia.

Los numantinos, como los celtiberos, participan de la cultura céltica, pero también, naturalmente, reciben influencias ibéricas, y por lo tanto mediterráneas: fenicias, griegas, cartaginesas,..Los celtas, a su vez como pueblo indoeuropeo, lleva en sí un magma indo, persa, griego, germano, galo, irlandés, etc. Toda esta mezcla se desarrolla en cada lugar sobre un cuerpo común, mitos comunes, con particularidades en cada lugar donde pervivió.

En Numancia solo podemos contar con la cerámica, muy abundante y con una riquísima iconografía, pero que para intentar comprenderla hemos de verla a la luz de los mitos celtas, tratando de apartar todo lo romano e incluso la posterior cristianización e incorporación de los cultos indígenas a nuestras ideas cristianas.

Para los romanos era necesario sojuzgar a los celtíberos, raza guerrera y sin miedo a la muerte y para ello la utilización de sus mitos romanizándolos fue fundamental, como ya se había echo con otros pueblos. Pero no fue posible transformarlos en pacíficos y obedientes. Los numantinos no se pacificaron y fueron destruidos, como por ejemplo para otros celtiberos, para evitar levantamientos indígenas posteriores.

El pueblo celtibero no tenía miedo a la muerte. La buscaba con el convencimiento de que su inmolación luchando era el camino de un tránsito al mas allá donde estaban los demás héroes y sus dioses.

A nuestros ojos quizás parezca un genocidio lo hecho por Roma, pero así eran entonces las cosas y para su dominio era necesario destruir, inmolar poblaciones enteras.
Pero aún soterrada, la religiosidad celtíbera ha pervivido a pesar de la romanización y la posterior cristianización reapareciendo, aflorando, llegando incluso hasta ser la base de muchas fiestas actuales.

Los pueblos o gente campesinas o ganaderas cuya relación con la naturaleza, las estaciones, los ciclos de siembra y recolección, etc., los conocimientos mágico-prácticos que pasan de padres a hijos, adquieren una filosofía, unas ciencias o una religión, llámese como se quiera, que perviven a pesar de otras culturas impuestas.

Roma incorpora a sus dioses la personalidad y facultades de los dioses indígenas. Marte, dios de la guerra romano, adquiere en su nuevo culto las facultades de los dioses indígenas que así, siguen siendo adorados por los celtíberos. De este modo no hay ruptura, sólo un cambio de nombres.
Posteriormente, el cristianismo sigue siendo el mismo sistema de absorción de los mitos indígenas, dioses, y lugares de culto, bosques, cuevas, etcétera.

Por ejemplo, el día de Todos los Santos es la versión cristianizada de la noche de los muertos, que era el comienzo del año entre los celtas (1 de noviembre), en el que se producía la comunicación entre el más allá y el aquí ahora. Los Celtas se consideraban descendientes de Dios Pater, Dios Infernal y la Diosa Tierra Madre, de la que nacen y a la que retornan los mortales y, esa fecha, era el momento de comunicar con los difuntos, noche más larga, día muy corto. El solsticio de verano –día más largo (culto solar), noche más corta (menos fuerza de los seres de la oscuridad)-, aún ahora se celebra con hogueras, fuegos y toros en gran parte de España. Quien conozca las fiestas sorianas de San Juan, el Paso del Fuego, fiesta ritual en la que personas a pie descalzo pasan andando sobre una alfombra de brasas encendidas sin quemarse o las de toros en las que se corren y lidian y son comidos en una comunión general para adquirir su fortaleza.


 Existen textos cristianos que aluden a esa religión oculta soterrada. En el siglo VII, unos obispos fueron acusados y condenados por practicar la magia y adivinación que el cristianismo repudia.
La iglesia cristiana “cristianiza” los lugares de culto celtibérico “encontrando” imágenes de vírgenes en cuevas, peñas o troncos de árbol, e incorporando así nuevos lugares de culto pagano al culto cristiano, o imponiendo una advocación cristiana a una fiesta pagana. La orgía de vino y toros queda santificada al añadirle en nombre de Fiestas de San Juan o de la Madre de Dios.

Una religión supone una tradición y personas que la mantenga viva y la transmitan oralmente ¿sacerdotes, druidas? En la cerámica numantina aparecen unas imágenes de unas personas (¿hombres? – mujeres por el tocado cónico-) celebrando sacrificios. No existe más que estas iconografías, pero es sabido que toda la cultura celta utiliza la adivinación.

Esta religión no escrita, transmitida de forma oral, aparece ante nosotros casi solamente a través de la iconografía dibujada en la cerámica numantina. Seria muy simplista creer que estos elementos icónicos eran objeto de culto por sí mismos. El dios es invisible, pero real para el creyente, su iconografía es el apoyo para su culto. Igual que el muérdago (siempre verde sobre lo seco) en un árbol es sagrado por ser la señal visible de la presencia del dios invisible, los dibujos de la cerámica están cargados de una religiosidad que aun se nos escapa.

El caballo, símbolo de la diosa Epona, tan abundantemente representado en la cerámica y utilizado en las fíbulas numantinas, representan no solo al bello animal compañero de  su vida guerrera y pastoril sino a la naturaleza fecunda. Los celtas representan a Epona, la caballar, con el cuerno de la abundancia o patera llena de frutos. Los toros, también tan abundantes en la iconografía cerámica numantina, simbolizan la fuerza generatriz, la fiereza y la vida. Los clanes no son adoradores de un animal determinado sino es como representación icónico-simbólica de un dios o de una cualidad (fuerza, fiereza,..). El lobo es, por ejemplo, un símbolo de los muertos, de la muerte.

Se sabe que el número tres, para los celtas, era expresión de poder. Dioses de tres cabezas son tres veces fuertes, y como tal se expresan en la cerámica y joyas. El Moncayo es una montaña grande, imponente, visible desde Numancia, formando parte sobresaliente de su paisaje. En ella estaban las minas de hierro con el que se realizaban las armas y herramientas. Por si era poco para su culto, gran montaña de hierro, presenta tres picos, lo que la hace aún más poderosa y sagrada.

Pero sin duda, lo más representativo de los numantinos era el culto a la muerte en duelo o batalla. Existía una ética del sacrificio luchando ante el enemigo. Este desprecio a la vida, ese no temer a la muerte, amedrentaba a los romanos que no comprendían cómo los numantinos luchaban aun estando en inferioridad numérica ante las fuerzas romanas. También vemos en su iconografía cerámica como es religiosidad, esa ética, los transfiguraba en héroes luchando por su honor.

La utilización de buitre y otros pájaros necrófagos, no es solo numantina, sino común a muchas culturas. Los numantinos también lo utilizaban en sus ritos mortuorios como aparece en su cerámica. Es el tránsito hacia el cielo. El pájaro come la carne del guerrero muerto y con ella su alma, que la volar asciende con él a los espacios celestes.



Las aves se representan devorando a los guerreros, volando o esperando a devorarlos. Pero acompañadas, rellenándolas de una serie de símbolos, solares y otros, que representan el agua, la tierra, el aire y el fuego, o sea, todas las materias del universo. El agua (representada por los peces) que era dadora de vida: la tierra (caballos, toros); el aire (pájaros) y el fuego (sol, estrellas, luna).
Los muertos no heroicos sólo son incinerados y sus cenizas inhumadas con sus joyas y armas destruidas por el fuego y dobladas /también muertas para acompañarles al más allá).

En la mitología celta, y sobre todo en la irlandesa, mas documentada por escritos, aparecen una serie de dioses/diablos. Posiblemente comunes con los celtíberos, que seguramente también han debido ser un pueblo de gran imaginación, poetas, por lo que su mitología estaría llena de ninfas, hadas, patronas de las rocas y aguas, elfos,..
También por la cerámica vemos que existía un culto a las cabezas cortadas como símbolo de la vida que se toma y del consiguiente dominio sobre el enemigo y contrincante vencido.
Cuando miramos todas estas cerámicas, nuestra cultura nos ciega, apreciando sólo la decoración y la fantasía del artesano. Pero aunque la belleza existe, su valor es ante todo mítico y religioso. Con esta nueva visión, analicemos el vaso de los guerreros, con los dos guerreros enfrentados en el desafío o duelo, en cuyo revés, del vaso, aparecen seres fantásticos enfrentados que sustituyen a los buitres como parte del mito de la muerte heroica.

Los guerreros aparecen individualizados, vestidos de forma muy distinta. Uno lleva un casco con una cabeza de gallo como cimera, aludiendo a la luz, al sol, y el otro está cubierto con una piel de lobo, relacionado con la oscuridad, la muerte.

El realismo con que aparecen representadas estas imágenes, oculta o hace menos visible lo mítico que en cambio suele aparecer más claramente cuando se estudia con estos conceptos el otro estilo mas fantástico, decorativo, lleno de simbología. Un dibujo tiene muchos significados, no es una palabra escrita. Desgraciadamente, solo podemos suponerlos. Pero, sea decoración o rito, la belleza de estas obras nos subyuga.



Entrevista a Alfredo Jimeno, responsable del plan director de Numancia

Alfredo Jimeno, profesor de Prehistoria de la Universidad Complutense y responsable del plan director de Numancia. Jimeno comenzó su carrera por derroteros bien distintos antes de convertirse en la cabeza visible de las excavaciones y en uno de los arqueólogos más prestigiosos de Castilla y León.

¿Cuánta gente visita las Ruinas de Numancia al año?
Aún no hemos realizado la estadística correspondiente al año 2011, pero la cifra de visitantes está en torno a los 60.000 aunque cada año aumenta el número de gente que se acerca a conocer el Yacimiento, debido a la incorporación al itinerario de visita de las reconstrucciones de las casas, el inicio de las representaciones escénicas de las Guerras Numantinas, y este año en concreto se debe a la repercusión de la exposición de Las Edades del Hombre que albergó durante más de ocho meses la concatedral de San Pedro de la capital Soriana. Julio y Agosto son los meses que más gente viene.
¿Se puede acceder a todas las partes del Yacimiento o hay ciertas zonas en las que el paso está restringido?
Prácticamente se puede acceder a todas, aunque hay zonas que restringimos cuando nuestros arqueólogos están haciendo su trabajo. Se cierran al público por dos motivos, para mantener su estado y conservación porque durante años han estado pasando la gente por estas zonas y han contribuido a que cada vez estuvieran más deterioradas y el segundo motivo es por seguridad ya que ese desgaste de las piedras podría provocar caídas y accidentes a los visitantes.


La conservación de este tipo de monumentos es muy importante tanto para el patrimonio de la ciudad como para el uso y disfrute de las personas que se acercan a conocerlo, ¿Cuándo fue la última restauración?
La casa del Guarda se destinó a recepción y a instalar una exposición permanente, que proporcionara una visión sobre la historia y evolución de la ciudad, desde las primeras ocupaciones prehistóricas hasta la época medieval.
En cada uno de los puntos clave del itinerario se instalaron paneles-atriles con un breve texto explicativo, dibujos de plantas, reconstrucción de las estructuras y casas, que ofrecen una información sobre los diferentes aspectos urbanísticos y constructivos.
Se construyó un Aula Arqueológica en el pueblo de Garray, dedicada al tema monográfico del Cerco de Numancia, para identificar al pueblo de Garray y a Soria con Numancia a través de su participación activa.
Por último se ha construido un anfiteatro a las faldas del Yacimiento que sirve para escenificar las representaciones que se hacen de Numancia, pero que a la larga será de mayor utilidad aunque está por determinar.

No solo se puede disfrutar de las líneas arquitectónicas de Numancia sino tengo entendido que se realizan diversas escenificaciones. ¿Cuántas se celebran a lo largo del año y en qué consisten?
Generalmente se realizan dos o tres, pero en los meses de verano debido a que son representaciones al aire libre. Cada año las escenificaciones son diferentes pero el tema es siempre Numancia y todo lo que eso conlleva, cada vez contamos con mejor infraestructuras con lo cual acude más público lo que nos enorgullece en gran medida porque siempre es bueno saber que la gente te interesa por su ciudad y por el pasado. En estas escenificaciones participan los habitantes de Garray junto con personas que les gusta todo este mundillo.

Además de escenificaciones, ¿Se realizan otras actividades en el Yacimiento?
Se hacen visitas guiadas y actividades para los más pequeños como talleres de alfarería, bisutería, etc, pero éstas se realizan también en los meses de verano.
Otras actividades que se hacen son conferencias, presentaciones y charlas, que se realizan en el Yacimiento o en el Aula Arqueológica situada en Garray.

Cambiando un poco de aires, pasemos al tema institucional, ¿Quién se hace cargo de este Museo? ¿Existen subvenciones?
Las subvenciones surgen de la Junta de Castilla y León, de la Diputación de Soria y del Patronato de Turismo de Soria, las solicitamos para alguna actividad como pueden ser los cursos de verano, realizar las escenificaciones o para reconstrucciones.
Aún así tenemos una partida presupuestaria por parte del Ayuntamiento que empleamos en promoción turística, folletos, medios de comunicación, personal, ferias, exposiciones, charlas, etc.

Para finalizar, ¿Qué mejoras cree que necesita este Yacimiento?
Tenemos muchas cosas pendientes como aumentar la colección museográfica, determinar para qué va a servir el anfiteatro y ver si lo podemos cubrir, etc.
 Pero la crisis económica también se deja notar este año y por ello se limitará el presupuesto,      aunque el recorte no afectará tanto como en un año de excavaciones puesto que el trabajo se centrará en sentar las bases de años sucesivos.
Tocaremos temas de prospección y geofísica para detectar sustratos en el subsuelo.
Vamos a centrarnos en la localización de los basureros de los campamentos ya que aportaría una información muy valiosa que podría determinar a través de estos restos donde se ubicaron los campamentos estables y donde ejercían la actividad de control.
¿Considera que es una visita obligada para los visitantes de Soria y que puede ser de interés general?
Por supuesto, porque es uno de los yacimientos más emblemáticos de la ciudad y de España; por su historia, su buen estado de conservación,...
A parte, Numancia empieza a ser un pequeño embrión de desarrollo en su entorno inmediato, lo que tiene una mayor importancia en una zona marginal como es la provincia de Soria, cuyas posibilidades de desarrollo, debido a sus características, están vinculadas a la oferta de su territorio como lugar de esparcimiento.